Teatro romano de Cádiz
Cádiz despertará nuestros sentidos, descubriremos su restos arqueológicos, rincones ocultos que aparecen a nuestro paso. El sol nos contagia, y lejos de la agitación, en el centro histórico, disfrutaremos de su cocina, en calma pero donde se palpa el ambiente gaditano y la amabilidad de sus gentes.
La historia de Cádiz es la propia de una ciudad marcada por su estratégica situación militar y comercial, a caballo entre el océano Atlántico y el mar Mediterráneo.
Erase una vez... hace casi tres mil años, cuando las naves procedentes de Tiro y Sidón dejaban atrás el estrecho de Gibraltar y comenzaban una peligrosa navegación por las aguas del Atlántico. A ellas se asomaba Gadir, la perla de Occidente, cuyo puerto ofrecía un resguardo excepcional a los barcos que llegaban de Oriente y a sus propios bajeles: los "caballitos" gaditanos, como se los conocía por su mascarón de proa en forma de caballo.
Luego llegaría la conquista romana de Hispania; el Conventus gaditanus, aquella provincia se transformaría en la bética romana, y entonces Gadir daría paso a Gades, el nombre latino de la actual ciudad de Cádiz.
Una ciudad para deleitarse, pasear por sus calles, disfrutar de sus playas a la vez de su cultura, su arte, su arquitectura y su gente.
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